Quien ha tenido la oportunidad de verificar si es cierto que “El que comparte y reparte le queda la mejor parte”, pero respecto de que lo importante de compartir, no es la parte que nos quede sino que al ayudar nos ayudamos.
La familia IRFA Zonas Mérida, Táchira y Trujillo, se reunió los días dos, tres y cuatro del corriente mes para entregarse a un merecido descanso donde el tema principal fue el reencontrarse entre risas, cantos, compartir la mesa, alegría y disfrute ya que independientemente de la naturaleza de lo que se comparte, crecemos espiritualmente y nos hacemos la existencia más agradable. En palabras de nuestro Director Región Andes Manuel Montilla“no sólo es trabajo también hay que relacionarnos como compañeros que somos”
Si bien es cierto que es loable, apropiado y noble compartir cosas físicas con los demás, no menos importante es compartir el conocimiento, las buenas noticias, la alegría, el optimismo, la confianza, la fe en Dios y… la esperanza.
Para compartir todo momento y oportunidad son buenos. Nuestra vida, como los valores que la rigen, tiene una condición existencial bipolar. Así, de forma constante tenemos frente al nacer, el morir; al bien, el mal; a la alegría, la tristeza; al éxito, el fracaso; a la riqueza, la pobreza; al egoísmo la generosidad; a la fe en Dios, el temor.
La condición vivencial de compartir lo bueno nos aporta sentimientos de realización, de plenitud y solidaridad humanas. Cuando compartimos la tristeza, la desesperanza o el dolor, igualmente sentimos que la carga se hace menos pesada, más llevadera y que no estamos solos.
Es que un pedazo de pan no es difícil compartirlo, porque cualquiera puede darlo sin mucho problema; pero para oír con respeto, interés e intención de ayuda, se requiere sentir que la solidaridad no es una opción sino una obligación, porque todos somos… uno.
El pan se come y a las pocas horas nuevamente se tiene hambre. La sensación de que no estamos solos y que alguien comparte nuestras inquietudes y preocupaciones, nos acompaña por mucho tiempo, y a veces por siempre.
Que la carga se hace menos pesada y el disfrute mayor cuando compartimos es algo que no deberíamos olvidar.
Autor y Gráficas (varias):
Thayana Castellanos
Promotora Educativa Irfa-Trujillo
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